viernes, 27 de febrero de 2009

A mis inquilinos

Creo que esta es la cuarta vez que recibo a estos inquilinos. Las veces anteriores he hospedado a sus parientes cercanos, una familia numerosa. Pero tal y como reza el dicho: "la visita, como el pescado, empieza a apestar a los tres días". Como todos los huéspedes -o la mayoría- estorban apenas comienzan a demandar ciertas cosas que uno tiene y que sólo es de uso exclusivo. Obviamente como no están en su casa deben pedirnos cosas prestadas y uno, como buen anfitrión, tiene que proveerlos con lo que necesiten. Pero en mi caso, estos inquilinos se han dedicado en sus múltiples visitas a fastidiarme la existencia.

La comida es lo que más les gusta, son insaciables y no saben discernir entre lo que es suficiente y lo que raya en el abuso. Al principio no me doy cuenta de lo que sucede, hasta que veo que la comida ya no alcanza para mí y mis inquilinos, por lo cual tengo que adquirir más alimentos. Ya por ahí la cosa empieza a fastidiar, pero aún no me decido a tomar alguna acción correctiva, aunque no por eso dejo de pensar cómo llegué a estar en esta situación. Incluso me produce una sensación de déjà vu,
nada agradable por cierto.

Lentamente vienen algunos recuerdos de experiencias pasadas con los familiares de mis inquilinos, lo fastidiosos que fueron también en su momento y las acciones que tuve que emprender para deshacerme de ellos. Tal vez suene un poco drástico, pero la verdad es que a medida que pasan los días estos visitantes se vuelven más insoportables. Luego de comer todo lo que pueden ,empiezan a ponerse selectivos, por lo que hay días en los cuales no soportan los lácteos o se quejan cuando encuentran arroz con pollo.

A la luz de estos acontecimientos, decidí que no puedo seguir alojando a estos seres tan molestos, tan irritantes, tan exigentes.... y tan parásitos. Por eso, más nunca comeré ensaladas que tengan lechugas y sean preparadas en la calle... Gracias a mi amigo Unidazol creo que por fin me desharé de ellos, así que ¡Adiós inquilinos, bon voyage!