miércoles, 2 de julio de 2008

Redefiniendo el Santo Grial


Nunca imaginé que algún día sería dueña de Ferretotal. Y de Ferka. Y de EPA.

No, no me gané el Kino. Ni el Triple Gordo. Ni la Lotería del Zulia. Ojalá.
Simplemente pasé a ser otra de las tantas personas que se inician en el complicado -y doloroso- mundo de la ortodoncia. No, no me metí a estudiar odontología como segunda carrera - ¡Dios me libre!-. Es más sencillo aún. Mis dientes están bastante torcidos desde hace muchos años y finalmente decidí sufrir un poco y colocarme los aparatos.
Bien lo dice el ya gastado refrán, ese que todos recuerdan con una sonrisa malévola en la cara: "para ser bella hay que ver las estrellas". Bueno, yo no sólo estoy viendo las estrellas sino que puedo apreciar -en vivo y directo- un divertido baile protagonizado nada más y nada menos que por el Diablo, vestido con una tanga, moviéndose hábilmente al ritmo de una canción de Chino y Nacho. Este simpático espectáculo se repite diariamente, a cualquier hora. Hay que ver que ese señor Diablo no se cansa, le encanta su reggaeton.
Digamos que esto abarca a grandes rasgos la parte física, pues quien se coloca unos aparatos de ortodoncia no sabe en qué mundo se ha metido.
Tan sólo llevo unos días con mis alambritos y ya me siento como si estuviera de vuelta la época en que la escasez estaba en su punto crítico. Pero esta vez no es la falta de leche, ni la de azúcar, ni la de aceite la que me golpea directamente. No. Ahora no me preocupo por eso. Mi preocupación diaria es "¿dónde puedo conseguir cera e hilo dental?". Agotado en Farmatodo. Agotado en Locatel. Ninguno de mis amigos sabe dónde se consigue. Es como si fuera el Santo Grial o el Arca Perdida -la misma que buscaba Indiana Jones-.
Si a esto le unimos el detalle que luzco como si una ferretería hubiera decidido hacer publicidad en mi boca, pues tenemos un lindo panorama al que denomino Betty la Fea. Y que nadie me venga a decir que me quedan bonitos los aparatos porque es mentira. Nadie, absolutamente nadie, se ve bien con unos alambres en los dientes y hablando como si tuviera una pelota en la boca.
Pero hay personas que van más allá. No sólo opinan que los aparatos se ven bonitos en los dientes de alguien, sino que se atreven a confesar que amaron sus brackets con tanta locura que desearían colocárselos de nuevo. ¿Qué? O sea, una vaina es tener que usarlos por necesidad o estética y otra es tener que usarlos porque "me encantan cómo me quedan".
Tal vez cuando mis aparatos cumplan un año -no tienen ni una semana- y juntos hayamos pasado innumerables cepilladas, algunas situaciones embarazosas e indudablemente momentos dolorosos, podré admitir que les tengo cierto aprecio. Pero cuando llegue ese día lo meditaré. Por ahora no me simpatizan esos espectáculos cortesía del señor Diablo que tengo que presenciar gracias a los alambres. No baila mal, pero creo que si tuviera mi Santo Grial (agotado en Locatel e inexistente en Farmatodo) tal vez podría ponerme a pensar de qué color quiero que me pongan las liguitas en los brackets en mi próxima consulta.
Conclusiones:
- Si está en las mismas que yo y no consigue cera, acomódese a ver el show del señor Diablo al ritmo del reggaeton. No sólo baila Chino y Nacho. También conoce otras canciones.
- Si está en las mismas que yo y consigue cera, felicitaciones.
- Si está en las mismas que yo y consigue cera, páseme el dato por favor.

domingo, 13 de abril de 2008

Facebook o el chismógrafo de moda


Dirección de correo. Contraseña. Enter. ¡Bienvenido a Facebook! Día a día hago la misma rutina para ingresar a la famosa página -o chismógrafo como le digo-. Ahí observo si alguien me dejó una linda matica, un chocolate o un mensaje en el Wall, Fun Wall, Super Wall, Funny wall, Sad wall y pare usted de contar. ¿Adictivo? Sí. Bastante, diría yo. Y es que el Facebook es la excusa perfecta para enterarnos de la vida de los demás sin que podamos ser acusados de chismosos, pues todo está ahí, todo lo que queramos saber de nuestros amigos está plasmado en las notificaciones.

Hay que reconocer que es tentador ver en qué andan tus panas, pero llega un momento en que es tanta información que uno sólo puede decir una cosa: "¿hasta cuándo Dios mío?". Efectivamente, al principio todo es felicidad, ya sabes quién estuvo en Mérida en sus vacaciones o quiénes fueron al cumpleaños de tu amigo del colegio, etc. Las fotos con sus respectivos tags no dejan lugar a dudas: menganita engordó desde que se graduaron y sutanito anda con una novia horrenda -que también está plenamente identificada gracias a esa etiqueta-.
Pero como todo lo bueno, tiene su parte mala. O al menos así lo veo yo. Por más seres sociables que seamos, siempre queremos -y debemos- tener privacidad, cosa que no nos ofrece el Facebook. Apenas cambiamos algún dato, agregamos a un amigo nuevo, dejamos un comentario o enviamos una matica, ya todos nuestros contactos están enterados de nuestros movimientos -y viceversa-. No es que uno esté haciendo algo malo o indebido, sin embargo a veces uno quisiera conservar un poco de privacidad o misterio.
Por otra parte, hay quienes podrían argumentar que si uno se metió en esa página pues hay que atenerse a las consecuencias. Sí, es cierto, debe ser por eso que hay gente que no tiene cuenta en Facebook -así como tampoco tienen celular, ni DVD, ni yesquero-. Es verdad, los que dicen eso tienen razón en parte, pero como dice el refrán: "la curiosidad mató al gato" y uno termina ahí bajo la excusa de "reencontrarse" con viejos amigos de la escuela o de la infancia. Todo eso es válido. Pero como bien sabemos, los extremos nunca son buenos. A veces creo que hay un exceso de información irrelevante que nos llega a través de las notificaciones. Y es que a mí qué me importa si perencejito se unió al grupo "Prendamos las luces de nuestras casas en la noche" o si a fulana le dejaron un comentario en su Happy Wall de "dale forward y verás cómo tu monitor empieza a sangrar". ¡Por favor! Qué ladillas esas cadenitas y el montón de aplicaciones que tus amigos te recomiendan instalar.
Es así como tengo una columna con 200 other requests, que no son más que 200 aplicaciones que van desde "cuál es tu nombre tukki", pasando por "la cerveza no sé qué" hasta aquella en la que osan decirte "quién fuiste en tu vida pasada" y "cuál presidente venezolano eres". Admito que hay aplicaciones muy finas, como la de las matas, el world traveler IQ challenge y el rompecabezas, pero hay otras demasiado inútiles en la vida.
Por otro lado, no debemos perder de vista el hecho de que para Facebook la soltería es mala. Sí, así como lo lee. ¿Por qué digo esto? Fácil. Existe una sección llamada Relationship, en la cual uno puede definir su status y qué diablos anda buscando en la red. Si es de los que les encanta colocar hasta los días que lleva de novio (a) con su media naranja pues también tiene la opción de escribir el nombre de esa persona -y si también está en Facebook le hacen un link a esa página para que vea su profile-.
A todas estas, cuando los demás vemos cuál es el status de nuestro querido amigo (a), aparece en nuestras notificaciones el siguiente mensaje: "sutanito has changed his status to: in a relationship". ¡Enhorabuena! -decimos nosotros-. ¡Qué bien por sutanito vale, tanto tiempo solo y por fin consiguió a alguien con quien compartir sus cosas! Sí, que fino. Hasta un corazoncito sale con el bendito mensaje. Pero ¿qué pasa con aquellos que colocamos single? Bien sea porque está solo (a) o porque tiene pareja, pero no están casados. Aquí es cuando el Facebook se pone popy. Sí, popy. Porque le anuncia a los amigos que nosequiencito cambió su relationship status a "single", al lado de un corazón roto. ¡Corazón roto! ¿Qué vaina es? ¿ser "single" ahora es sinónimo de corazones rotos? Por Dios. Cada vez que veo eso lo que hago es reírme y me pongo a pensar que con razón hay tanta gente deprimida en la vida porque no tienen una pareja. ¡Claro, si hasta una página en internet iguala ser "single" a tener un corazón roto!
Esto por mencionar lo más tonto. No olvidemos que esta página es un caldo de cultivo de amistades, conocidas y desconocidas. Es decir, no hace falta conocer a alguien en persona para agregarlo al Facebook. Y aquí es cuando se desata una especie de terrorismo psicológico en las parejas. Recordemos que al principio definí a esta página como un chismógrafo, pues bien, como todo chismógrafo que se respete no ocultará nada y magnificará cualquier bobería que, aunque sea inocente, creará dudas en los más celosos. Entonces si fulano no coloca en su "relationship status" que es novio de mengana... ay agárrate fulano porque lo que viene es candela. O si perencejo le manda un regalito a sutanita y no sólo es eso sino unas matas, unos abrazos, etc., pues prepárate sutanita porque te podrían decir que "no es normal que un amigo cualquiera te mande tantas vainas sólo a ti". En fin, este tipo de situaciones se prestan para desatar temores ocultos en las parejas acerca de lo que está haciendo -o pudiera hacer- la otra persona cuando no está con ellos.
Obviamente, desde siempre han existido estas dudas, temores y afines, sin embargo la aparición de la tecnología -internet, celulares, messenger- ha exacerbado más estos comportamientos que antes no tenían cómo ser comprobados. Ahora basta con tener una inquietud y revisar el Facebook de esa persona para crearnos toda una historia de amor y dolor que no siempre resulta ser como uno lo imagina.
En general considero que el Facebook es una herramienta útil cuando queremos contactar a gente con la que estudiamos, jugamos y trabajamos en algún momento de nuestra vida. Sin embargo, debemos tener cuidado en no darle más importancia de la que tiene y no utilizarla como un reflejo fiel de lo que la gente hace o deja de hacer. Al final sólo entablando una verdadera conversación con la persona sonriente de la foto es que sabremos qué tan bien le ha ido desde que nos graduamos del colegio.
Conclusiones:
- Sea discreto a la hora de colocar sus datos en el Facebook. Ponga únicamente lo que quiera que los demás sepan, así luego no tendrá que preguntarse cómo es que el amigo del primo de sutanito -con quien usted trabajó dos meses- se enteró que ya tiene 4 carajitos.
- Intente contactar a sus amigos de Facebook vía messenger o mediante correo electrónico. No se conforme únicamente con ver que perencejita se unió al grupo "coño de la madre con los $400 del cupo de internet".
- No convierta al Facebook en su espía de confianza. Toda persona tiene derecho a tener sus cosas privadas y si su novia (o) es amiga (o) de un montón de tipos (as) respete esa decisión y no se ponga a inventar historias en su mente. Al final el estresado (a) termina siendo usted y la úlcera por esas preocupaciones -tontas la mayoría del tiempo- se la va a tener que calar usted por gafo (a).
- Deje de instalar y mandar tantas aplicaciones inútiles que al final hacen que su página de Facebook tenga como 4km de extensión. Sí, a veces uno puede estar algo aburrido, pero póngase a taggear sus fotos o a hacer quizzes más bien.
- No se crea esos cuentos de "si le das forward estas tipas van a pelar las tetas", eso es mentira y lo único que hace es fastidiar a los demás y llenar nuestros Happy Walls de ridiculeces.

martes, 11 de marzo de 2008

De la soledad y el autoconocimiento


Acostada en mi sofá, víctima de una gripe que lleva en mi organismo más tiempo del que yo desearía, me dispuse a ver la "variada" programación que me ofrece Supercable y me encontré con uno de esos programas de MTV tipo reality show. No sé ni cómo se llama, pero es un programa en el cual una chica está buscando novio y le hace pruebas -de cualquier índole- a dos muchachos para ver con cuál se queda al final.

Hasta ahora no me había percatado que cada vez más abundan los shows de este estilo, en el cual un chico o chica buscan el amor en la televisión, o desean vivir nuevas experiencias con sus "ex" mientras las parejas actuales sufren viéndolos en un cuarto contiguo. Eso sólo por mencionar dos programas que he visto en MTV, pero la lista se haría eterna si me pongo a enumerar los casos que pasan en ese canal y en otros.

La realidad nos golpea a diario y es que definitivamente la gente le tiene miedo a la soledad. Es un hecho. Mucho se ha escrito sobre ello, muchos programas se han concebido sobre la base de esta afirmación. Y las personas han respondido. Hago esta aseveración tras analizar que, aún cuando todos desean tener sus "cinco minutos de fama", la verdad es que todos quisiéramos que las cosas fueran más sencillas en cuanto a encontrar el amor se refiere. ¿Y qué más fácil que un programa donde lo único que tienes que hacer es firmar un release y dedicarte a ver si fulanito o sutanito es el que mejor se lleva contigo?

El mejor ejemplo que me viene a la mente es un nuevo programa llamado "Parental control", en el cual los padres del chico o chica están en desacuerdo con su pareja actual y deciden buscarle un reemplazo. Sí, reemplazo. Eso incluye entrevistas a los posibles candidatos y luego una cita romántica con el chico o chica en cuestión. Al final la decisión es tomada en conjunto, entre padres e hijos, y es sorprendente, pero la mayoría de las veces sus retoños escogen a cualquiera de los dos individuos que acaban de conocer, en vez del novio (a) actual.

Obviamente no quiero decir que todo en estos programas sea 100% cierto, pues quienes trabajamos en televisión o conocemos un poco el medio -o simplemente no somos tan ingenuos- sabemos que hay cosas "arregladas", predeterminadas. Pero creo que los productores de estos programas apuntan al hecho de que a la mayoría de la población mundial le encanta los finales felices, esos donde siempre triunfa el amor y todos viven con una sonrisa en el rostro por haber encontrado a la "persona indicada". Por eso es frecuente observar que, después de tanto estrés por saber si menganita o perencejito se decidió por su pareja actual o por el recién llegado, nos conformamos con pensar que al menos no se fue con las manos vacías y nos imaginamos que ahora sí van a ser felices para siempre.

Básicamente eso es lo que queremos creer y lo que quieren que creamos, pero la verdad es que la realidad supera cualquier tipo de ficción -bien lo saben los escritores de novelas-. La soledad es un ente que se pasea a diario por las vidas de cualquier persona, hasta de las que menos pensamos. Pero para muchos la palabra hasta resulta molesta, incómoda. ¿Por qué habría de tener una connotación negativa? Aún trato de entenderlo, pues mucha gente suele asociar la soledad con falta de amor y con tristeza, cuando eso está totalmente fuera de contexto.

Me parece que la sociedad se ha encargado de alimentar esa versión negativa de lo que implica la soledad, pintándola siempre como ausencia de afecto, de gente que te quiera y a quien uno quiera. La misma sociedad nos ha condicionado a pensar que si pasamos de cierta edad y no tenemos planes de juntarnos con otro ser, en términos de matrimonio, ya es malo o ya estamos destinados a morir con un gato como único doliente.

Es demasiado absurdo juzgar situaciones que desconocemos, pero así es el ser humano. Nacimos y crecimos viendo cómo es fácil juzgar a los demás sin siquiera conocer lo mínimo de sus vidas. Por eso las personas son tan implacables en cuanto surge la palabra soledad, les asusta, es como si vieran al mismo Lucifer en vivo y directo.

Yo me pregunto, ¿acaso tener a alguien al lado es garantía de que ya no vamos a sentirnos vacíos?, ¿estar con alguien por estar es sinónimo de compañía? Ciertamente, es importante sentir el apoyo de quienes más queremos, pero me resulta inconcebible el hecho de que muchas personas malgasten su tiempo estando con otra únicamente porque no quieren sentirse solos. Soy de las que piensan como el bien consabido refrán señala: "mejor solo que mal acompañado" y no necesariamente la mala compañía es siempre la otra persona. A veces la peor compañía puede ser uno mismo.

La soledad nos permite concentrarnos en nosotros mismos, en nuestras metas, en lo que queremos realmente, en conocernos más. Simplemente es una forma de vida que nunca deberíamos echar a un lado, aún cuando tengamos a las personas que más amamos al lado. Y es que en ese estado pareciera que estuviéramos más alertas, más pendientes de lo que nos interesa. Tal vez me dejo llevar por el pensamiento de que cuando la gente tiene pareja tiende a anularse como persona autónoma, pues a partir de cierto momento el "yo" se convierte en "nosotros" todo el tiempo y a toda hora.

Por otra parte, la soledad siempre es catalogada por muchos como falta de pareja, probablemente porque el fin último que nos ha impuesto la sociedad es la reproducción y ésta debe necesariamente estar precedida de un encuentro entre dos seres. Pero ¿qué hay de la gente que no tiene pareja y tampoco están solos? Es decir, el hecho de no tener un novio (a) no implica que esa persona está sola en la vida. Entonces, ¿para qué existen la familia, los amigos y los gatos?

Hay momentos en la vida en los que la soledad es necesaria, tanto como lo es el aire y el agua. Esos instantes nos permiten darnos cuenta de que, muchas veces, pretendemos ser alguien que no somos únicamente para agradarle a una potencial pareja para que al final nada funcione y la mayor parte de la culpa la tenga uno, pues si se comienza con deshonestidad no se puede pretender que haya un final feliz. Digamos que esos intentos desesperados por mitigar la soledad terminan siendo peor que el mismo hecho de estar solos.

Desde mi perspectiva la soledad debe ser apreciada en su justa medida, en tanto sea juzgada sin prejuicios y tomando en cuenta siempre los beneficios que trae un estado así.

Conclusiones:
- Teniendo la opción de escoger si estar solo o acompañado, la mayoría siempre escogerá estar acompañada. Lógico, pero hay que tener cuidado, siempre hay que conservar la personalidad que tantos años hemos cultivado y no intercambiarla en todo momento por la palabrita "nosotros".
- No le tenga envidia a esa gente que fue a la televisión y se ganó a ese novio o novia como si fuera un Kino. De seguro todo es un montaje y aunque no lo fuera, eso no va a funcionar. Ellos también van a preferir estar solos en cuanto el show se acabe.
- Aunque suene extraño, a veces la soledad es la mejor compañera que necesitamos en determinados momentos. No importa lo que los demás opinen, sólo interesa el bienestar que eso nos proporcione.
- Tener un gato no es signo evidente de que éste va a ser el único doliente cuando abandonemos este mundo. Afuera hay gente que lo quiere y mucho. Eso no es estar solo.
- No hay que desesperarse por no tener alguien que le diga "mi amor", "mi vidita", "mi cuchi cuchi". Total, para escuchar eso puede ir a cualquier abasto, carnicería o autobús. Eso tampoco significa estar solo.
- Estar solo (a) es una decisión, no debe ser catalogado como una consecuencia o como un abandono de alguien. De todas todas, el respeto hacia uno mismo va primero.
- ¿Se puede estar solo (a) y feliz al mismo tiempo? ¡Claro que sí! Aunque suene a frase de autoayuda es verdad. Piense en los malos ratos que se evita teniendo que enfrentar situaciones incómodas por estar con alguien simplemente para que no digan que está solo.
- Si se encuentra solo (a) en este momento, aproveche para reflexionar acerca de su vida, de lo que quiere, de la persona que le gustaría tener a su lado algún día. Eso sí, no se obsesione mucho con el tema de la pareja, está demostrado que esa persona llega en el tiempo indicado.
- Disfrute la soledad mientras pueda. Está comprobado que encontrar un espacio para uno mismo disminuye en la medida en que se tiene la vida que la sociedad aplaude: con esposo (a), hijos y perros a quienes cuidar.
- A veces el autoconocimiento proviene de la misma soledad. Comparto esta interesante letra de una canción de Madonna con ustedes, pues estoy súper fanática con ella y porque siento que explica a cabalidad mi opinión expresada anteriormente:
I'm not myself when you're around
I'm not myself standing in a crowd
I'm not myself and I don't know how
I'm not myself, myself right now

[Chorus:]
Jesus Christ will you look at me
Don't know who I'm supposed to be
Don't really know if I should give a damn
When you're around, I don't know who I am
I'm not myself when you go quiet
I'm not myself alone at night
I'm not myself, don't know who to call
I'm not myself at all

[chorus]
I always wished that I could find someone as beautiful as you
But in the process I forgot that I was special too

I'm not myself when you're around
I'm not myself when you go quiet
I'm not myself all alone at night
I'm not myself standing in a crowd
I'm not myself and I don't know how
I'm not myself, myself right now
Don't know what I believe

[chorus]
I always wished that I could find someone as beautiful as youBut in the process I forgot that I was special too
I always wished that I could find someone as talented as you
But in the process I forgot that I was just as good as you