miércoles, 5 de diciembre de 2007

Lo que no solemos pensar acerca de la muerte

Hace casi un año andaba más desocupada que hoy en día y me encontré con un libro bastante interesante en cuanto a la temática que planteaba. Estaba en Tecniciencia Libros, buscando algo interesante que leer, pues el Sudoku no era suficiente para saciar mi ocio (creo que por esa época hasta desempleada estaba). Fue una decisión difícil, pues no sabía si era una lectura interesante... De hecho, nunca había leído un libro de ese autor.

Una vez tomada la decisión y libro en mano, me dispuse a descubrir su contenido. La portada muestra una figura femenina, con un título que reza Las Intermitencias de la muerte, escrito por José Saramago. Mi primera impresión cuando lo hojeé fue que su estilo de escritura no era muy fácil de digerir, pues los únicos signos de puntuación que utiliza para separar oraciones son "comas". Por ello hay que estar doblemente atentos a la lectura, pues es fácil perderse. Debo confesar que me pasó varias veces...

Pues bien, la temática gira en torno a la muerte, como bien dice el título. Pero esta vez enfocada desde otro punto de vista, en el cual la muerte (con "m" minúscula como el mismo autor la define) es considerada una entidad. Muy atrás queda la concepción de la muerte como un hecho natural que ocurre a todos los seres vivos en determinado momento.

La historia comienza cuando, un día, la muerte decide detener sus "labores" en un país x, el cual nunca nombra el autor (vaya usted a saber por qué, tal vez porque ese territorio podría ser el mismo donde estamos parados ahora). La gente deja de morir, hay expresiones de júbilo por doquier, pues significa que la inmortalidad ha dejado de ser una utopía -o un hecho reservado únicamente para el Conde Drácula- y ha pasado a ser una realidad. Hasta ahí vamos bien.

Uno se detiene por un momento a pensar en la felicidad que eso podría conllevar en una sociedad como la nuestra, donde lo importante es perpetuarse en el tiempo, bien sea a través de obras o con el mismo cuerpo. Tiendo a pensar que el culto al cuerpo es una de las cosas en las que más se invierte tiempo actualmente, por ello abundan las cirugías cosméticas, las inyecciones de botox, las cremas antiarrugas y pare usted de contar. Todo eso con la finalidad de prorrogar lo inevitable: el envejecimiento y la muerte.

Siendo las cosas así está claro que si un día la muerte decidiera aplicar una "operación morrocoy" o hacer un paro indefinido en el país donde reside, usted sería sumamente feliz ¿o no? Por fin dejaría el apuro, podría dedicarse con calma a vivir la vida que siempre ha soñado, sin ningún tipo de presión. Ya no importaría el tráfico, ni los accidentes de tránsito, ni los infartos. Total, es un largo camino que no será interrumpido por ninguna entidad llamada muerte. Habría tiempo para hacer todo, sin temor a que ese hilo que nos ata a la vida sea cortado abrupta o naturalmente.

Claro, no todo es tan fácil como imaginamos. Y es ahí donde el libro cobra vida -a mi juicio-. Todos vemos la parte positiva de que la muerte se haya tomado unas vacaciones (porque hasta ese punto no sabemos qué pasó con la pobre), pero nadie se pone a pensar en la debacle que esto significa para el equilibrio de la naturaleza. Sí, porque todo se basa en un equilibrio: día /noche, sol / luna, vida / muerte. Son dúos inseparables, pues. Con la muerte de "brazos caídos" el país en cuestión empieza a colapsar: los hospitales son insuficientes para atender a los heridos (recordemos que la gente sale herida igualmente, pero no muere), las casas aseguradoras empiezan a quebrar (pues, para qué asegurarse si ya no hay riesgo de morir), las funerarias ya no son necesarias... en fin, la economía empieza a tambalearse. El golpe ha sido mortal, quién lo diría.

El panorama era totalmente diferente a los primeros días en los que la gente celebraba su inmortalidad, pues nada era tan rosa como lo habían imaginado. Sin embargo, un descubrimiento fortuito cambiaría la dinámica de las cosas. La muerte sólo había detenido sus labores en ese territorio, pues al cruzar la frontera la gente empezaba a morir. Aquellos enfermos terminales daban su último aliento apenas salían de aquel país. Gran y terrible descubrimiento.. Por una parte, vemos cómo la muerte no es una sola como se ha pensado siempre, pues las de los otros países siguen trabajando 24/7; además existe otra "Muerte", digamos que la jefa mayor de las muertes (sí, porque las muertes con "m" minúscula están divididas por sectores y organismos vivientes pues). Por otra, vemos el desastre que todo esto conlleva: la gente se entera, empiezan las migraciones, aparecen los que siempre quieren aprovecharse de esas situaciones cobrando "viajecitos" al otro lado (literalmente), etc.

Aquí ya la cosa se pone de cuadritos, porque definitivamente esta paralización de labores ha sido más problemática que beneficiosa. La gente se pregunta por qué la muerte de ese país está de huelga y por qué las otras muertes no, por qué la Muerte no pone orden en ese zaperoco y obliga a la otra a que trabaje. En fin, después de varias páginas (274 para ser exactos), muchas "comas" y pocos puntos, en los cuales el autor nos pasea por diversos escenarios, se nos presenta a la muerte como un ser con sentimientos. Sí, es extraño, pero créanme que lo digo con fundamento. No pienso explayarme porque digamos que ahí está la sustancia del libro y claro, el final también depende de esto que yo llamo "sentimientos" de la muerte.

A mi parecer el libro tiene buen contenido, pues es un tema común y con el cual mucha gente se pone susceptible (entre ellos, yo) planteado desde otro punto de vista. Sin embargo, el final es medio chocante, tal vez esperaba otra cosa... no sé, la verdad prefiero analizar el libro sin tomar en cuenta ese final.

Conclusiones:

- Si usted descubre que la muerte está de huelga, celebre. Luego recuerde lo que pasó en el libro cuando las cosas se pusieron "color hormiga" y tome sus previsiones. En caso de no poseer vehículo propio, no se deje chantajear por ningún mototaxi, taxista, autobusero o "camarada" que pretenda cobrarle un realero por una carrerita hasta la frontera para que su ser querido dé el último aliento. (Claro, si es venezolano no dude en regatear, siempre hay alguien que cae).

- Si es de los que piensa que la muerte debería tomarse unas vacaciones -bien merecidas- en su país de residencia, recuerde que no todo es eterno y que lo increíble de la vida está precisamente en que no dura para siempre. De otra forma las cosas no tendrían el valor que hoy le damos y dejaríamos todo para después. La religión se vería amenazada, pues no tendría el mismo poder de generar temor en las personas... Total, si ya nadie muere no pueden ser enviados al infierno para que el Diablo los azote, ni al cielo para jugar golf con Dios.

- Si es de los que cree que ésta no es ni su primera ni su última vida, dedíquese a cumplir lo que vino a hacer: a aprender y ya.

- Si es de los que no le interesa la muerte sino hasta que ésta decida tocar su puerta, pues disfrute a plenitud su vida, con aciertos y equivocaciones, alegrías y desdichas... Total, para eso está la vida: para vivirla.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Super interesante la imaginación de Saramago, como partiendo de un hecho poco probable como lo es una inmortalidad localizada asociado al comportamiento de las sociedades y sus insatisfacciones humanas, crea esta mezcla de extraño pero sustancioso sabor. Gracias por esta nueva recomendación, literaria esta vez, que de seguro ojearé para descubrir el misterio del "Sentimiento de la muerte" y por supuesto, que carrizo es eso de la mamá de las muertes o "Muerte" pues.

Keyla dijo...

Caramba...excelente post. Lo que puedo decir es que a veces me gustaría que la muerte se fuera de vacaciones...pero no por mi...más bien por los seres que amo en extremo, mi familia, mis amigos. La muerte (el tema en general) me provoca un espasmo en el estomago tal...que prefiero obviarlo. Pero lamentablemente (o afortunadamente) es inevitable. ¿Vida eterna? ¿Inmortalidad? que locura! no mi pana...no me gustaria vivir eternamente...sería el peor castigo de todos. Como dijo uno de los personajes de The Green Mile de Stephen King..."vi morir a mis amigos, al amor de mi vida y a todos los que me rodeaban...estaba solo con este ratón"...(parafraseando claro). Te dejo ese libro como recomendación...ya sabes que me encanta Stephen King, y este libro (y la pelicula) es de los mejores...

Anónimo dijo...

China Mafiosa, de parte de tu amiga de Tenerife, tienes razón en decir que el libro es bueno, y el tema será interesante, pero no patrocines a un señor Saramago que es un ser de ultra izquierda y que se la pasa defendiendo a nuestro presidente... Intente escribirlo de manera educada para que los Chavista no me digan que soy un disfraz de mafiosa como ya ha sucedido...