lunes, 3 de diciembre de 2007

Si pudieras borrar tus recuerdos, ¿lo harías?

Leyendo el blog de un pana acerca de la película que voy a comentar a continuación, me acordé de cuántas veces hemos deseado volver a alguna situación específica del pasado... y tal vez, quien sabe, cambiar algo de ello. O simplemente no cambiar nada. Eternal Sunshine of the Spotless Mind llegó a mi vida en uno de esos momentos en los cuales quisieras olvidarte de cosas específicas que viviste porque sencillamente te hicieron daño.

Ahí va la premisa de la película: Clementine decide borrar a Joel de su mente por impulsiva y porque, en muchos aspectos, la relación fue dañina. Joel, al enterarse decide hacer lo propio y borrar los recuerdos de ella totalmente y para siempre. Pero el punch de todo está en que por más que ellos decidieron "borrarse" uno al otro, la vida -podría tal vez llamarse destino- los reencuentra y aunque no se reconocen saben que hay algo ahí. Ese algo que al final volvería a unirlos, a pesar de saber que ambos se hicieron daño y que todo podría volver a ser así. Aún así deciden intentarlo y darse otra oportunidad.

El otro punch que te desestabiliza en la película es el caso de Mary, la simpática asistente del Dr. Merzviack (o como se escriba). Paralelamente se desarrolla esta historia, la cual me impresionó un poco más que la de Joel y Clementine. ¿Por qué? bueno, sencillo. A mitad de la historia, o más bien casi hacia el final, vemos que ella está enamorada del Dr. en cuestión... hasta ahí vamos bien, nada relevante -podría pensar uno-. Pero no! La esposa del Dr. hace una revelación impactante - al menos para mí - "puedes quedártelo, ya fue tuyo una vez". WHAT? Sí. ¡Mary también borró de su memoria al Doctorcito! Y ajá ¿cuál fue el resultado? Pues obvio, volvió a enamorarse del tipo. La vida es una carricita juguetona que le encanta joder la paciencia...

Si en este momento me preguntaran si yo sería capaz de borrar algún recuerdo de mi mente, me encontraría en una gran disyuntiva. Por una parte, sin pensarlo mucho, diría "¡SÍ! ¿Por qué había tardado tanto en tomar la decisión?". Siguiendo ese camino, así como en la película, un día me acostaría en mi cama sabiendo de la existencia de ese alguien que me hizo daño y la mañana siguiente me despertaría con un gran dolor de cabeza, pero sin recordar siquiera el nombre o la cara de ese alguien.

Interesante ¿no? Claro, hasta acá vamos bien. Pero ahí se despierta una vocecita interna que me dice, ajá fino, y si olvidas al individuo en cuestión, además de olvidar lo malo también olvidas todo lo que aprendiste de esa situación. Hummm, pausa. Ya la idea de borrar nada en mi cabeza no parece tan sencilla. ¡Claro! No tomé en cuenta que si borro al tipito me borran también todas las cosas que pude haber aprendido... Obvio, lo que aprendemos de relaciones en las que uno sale con las tablas por la cabeza es sencillamente a hacerle caso a tu intuición, o tal vez a no confiar en exceso en los demás sin que antes prueben que lo merecen, etc.

Estando las cosas así, no estaría nada fácil una decisión de este tipo. Creo que todas las personas que conocemos en la vida nos dejan una huella, un aprendizaje. A veces son positivos, a veces son negativos. A veces necesitamos ese golpe de quien menos esperamos para también aprender. ¿Aprender qué? Eso es cosa de cada quien, depende de lo que necesitemos en ese momento en nuestra vida...

Conclusiones:

- No podemos borrar recuerdos de nuestra mente, a menos que te pase como a Catherine Fulop en alguna novela y pierdas la memoria, pero total... que ni sepas quién carrizo es tu hijito.

- Si se pudieran borrar recuerdos, habría que analizar si la situación te dejó algún tipo de aprendizaje. Si aún no has aprendido nada de eso, mejor hacer borrón y cuenta nueva. Total, no hay nada que puedas aplicar en otra situación similar para salir airoso, pues no hay aprendizaje previo. Si aprendiste algo y sientes que creciste, ¡felicitaciones! Has demostrado que eres capaz de pasar la página y -como buen alumno de la escuelita llamada Vida- has demostrado que puedes continuar con tu vida sin el (la) infeliz que te jodió (y que a la hora del té, jamás te hizo falta).

- Si lograras borrar los recuerdos de ese alguien, siempre cabe la posibilidad de que la vida te ponga frente al sujeto en cuestión y surja el amor nuevamente. Irónico, pero bastante probable, así como le pasó a Mary.

1 comentario:

XYZ dijo...

Oye, esa película que citas es súper interesante y también me encantaaaaa. En cuanto a la opción de borrar el recuerdo de personas en nuestras vidas, no sé, creo que el espacio y trascendencia que cada quién ocupa en nuestra mente, de forma más o menos consciente, es decisión nuestra. Pues la marca que las experiencias dejan en nosotros, son resultado directo de las cosas que apreciamos, rechazamos, tememos, nos obsesionan, etc; y todo eso, Gracias a Dios, lo conocemos y vamos aprendiendo a manejar mejor al ritmo de nuestra madurez.

Así que nada, cuando el recuerdo de una persona nos atormenta tanto, lo mejor es ir al meollo del asunto y, a partir de allí, hacer correcciones en nuestra forma de digerirlo.

Ahhhhh… y finalmente, los reales que le darías al Dr. Merzviack por el Esc +Control +Suprimir cerebral, mejor ahórratelos y deposítalos en mi cuenta personal por el comentario.

Gracias (X-D)